miércoles, 28 de noviembre de 2007

CANCION DE AMERICA (POEMA)

Este poema lo dedico a los americanos que aman su tierra

Por: Francisco Berroa Ubiera
América es un continente de envidias que agoniza,
Esperando por justicia en sus campos,
Un copioso manantial de amor hecho cenizas,
Un amplio cielo hincho en santos.

América, tierra virgen y pródiga,
Tú..., que eres madre de titanes,
Avanzarás cuando tu pueblo lo diga,
Porque tu vientre está preñado de volcanes.

Eres y serás vientre de valientes,
Corazón de multitudes irredentas,
Progenitora incansable y complaciente,
Protectora de multitudes irredentas.

Colonizada región del Nuevo Mundo,
Hispanizado a fuerza de encomiendas,
Y genocidios en la historia mudos,
De justicia te hallas sedienta.

Colonizada a fuerza de Huásipungo,
De Mita de Yacona y de barbarie,
Ya sabrás elevar tú puño,
Redimiendo a tus hijos de sus males.

América mestiza, América mulata,
Mil veces mil eres nuestra madre.
América de indios, de tierras gratas,
Mil veces mil eres padre.

Tú, que arrullas con ternura cordilleras,
Con sus pinos portentosos y elevados,
Son alzados guerrilleros naturales,
En tus tierras de guerrillas campesinas.

Horizonte de libertades multiplicado,
Flor de esperanzas dilatadas,
Refugio centenario del negro explotado,
Ya veremos tus olas encrespadas.

América de aves ruborizadas y asustadas,
Por el vuelo de halcones imperiales,
Entre zumbidos de moscas importadas,
Sabrás destruir del mal los nidales.

América del Norte, hogar de pieles rojas,
Con tus praderas adornadas por caballos,
Eres hoy una madre herida y que se enoja,
Eres tierra invadida por el inglés vasallo.

América de todos los colores en el barro,
En un crisol de razas calcinado,
Madre de Bolívar y de Sucre,
Eres un torrente de flores y de héroes,
Porque tienes la grandeza de un Martí,
Y de un Lincoln que murió por ti.

Porque tú enseñas el camino, eres ejemplo,
Y tu pueblo te admira con Miranda de templo.

Y en las inmensidades de las Pampas nació Guevara,
Máximo Gómez en la tierra quisqueyana,
Toussaint y Dessalines en Haití,
Por tu Cuba nuevamente liberada,
Liderando las Antillas con su fragua.

Tierra de hermosos colores conjugados,
En sierras y montañas, feraces y escarpadas,
Con riquezas y metales enterrados,
Que sabremos defenderlos con espadas.

Porque tú trazas el camino solidario,
El camino de Darío y de Neruda,
De Ernesto Cardenal con su rosario,
De los poetas del pueblo que te escuda.

América de Cuauhtémoc, de Moctezuma,
De luchas, sufrimientos, rebeliones,
Como en el sueño de Hostos: Patria una,
Los pueblos despertaran con las canciones.

América de bosques, de aves y del hombre,
De viejas heridas y hambres retorcidas,
Cuándo dejaran de robar tu cobre,
Cuándo te veré nueva vez renacida.

Suelo de olores salitres en Chile,
Largo como un cordón de montañas,
En la tierra de Lautaro, que aún vive,
Como Allende, como Pablo en su cabaña.

Floresta verde y Amazonas en Brasil,
Con tus micos, indios... y "gorilas",
Con guerrillas armadas de fusil,
Que luchan en Bolivia por Domitila.

Tierra de Gamonales en los Andes peruanos,
De explotación y lealtades primordiales,
De indios con la dignidad de la Llama,
Y con templos y dioses muy arcanos,
Sabrás romper los lazos imperiales.

Tierra mía, tuya, nuestra, de todos,
Cien veces bendecida por mi abuelo indio,
Cultivada de caña y algodón por mi abuelo negro,
Explotada y saqueada por mi abuelo blanco,
Te entregas compartida y dividida,
Con tus chozas, y avenidas con sus bancos,
Por tus pueblos, por tu lucha te venero.

Tierra ajena y de todos, de caminos polvorientos,
De licores y de gallos espolones,
De galleras y tambores, fiestas, danzones,
Y de hombres de libertades sedientos.

América de Colón, y dos hermanos,
De cabildos centenarios desfalcados,
De Real Audiencia, Carlos V, y los germanos,
De los Wellsers y Wall Street de los pecados.

Cinco veces cien te han fusilado y timado,
Y aún vives en el corazón del pueblo,
Y te dicen Sandino allí, Zapata en otro lado,
Y te llamas Caamaño o Atahualpa abuelo.

Y aún vives, y creces en tus mares,
Porque eres hija del sol y del viento,
Princesa secuestrada en tus Malvinas.
Y en la explosión de los tiempos,
Montada en carabelas cruzaras tus mares,
Y al mundo dirás con voz de orgullo:
"Pueblo mío, todo lo que soy es tuyo".

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