Por Francisco Berroa Ubiera
Se sabe que Minerva Mirabal y su padre don Enrique Mirabal fueron invitados en varias ocasiones por Trujillo para participar en fiestas: una en Santiago de los 30 Caballeros en 1949; otra en Jarabacoa el 13 de agosto de 1949 a raíz de la inauguración del hotel Montaña, y posteriormente en octubre de 1949, en San Cristóbal, cuando se inauguró el hotel de aquella ciudad. En esta última fiesta Trujillo bailó con Minerva, y ésta, al sentirse incomoda con su compañero de baile, lo dejó plantado en el salón de La Piscina de San Cristóbal, provocando su actitud un gran escarceo y la ira del Dictador.
El 25 de noviembre de 1960, cuando se produjo el atentado contra las tres hermanas nativas de Ojo de Agua de Salcedo, el presidente títere de Trujillo era el doctor Joaquín Balaguer Ricardo, quien explica los hechos de esta forma: "la muerte de las Mirabal había sido largamente elaborada"; se sabe que la orden del crimen se transmitió por medio del Secretario de entonces de las Fuerzas Armadas general Juan René Román Fernández, quien "tuvo que hacer uso de toda su autoridad para que se cumpliera el hecho horrendo",[1] impartiendo la orden a Cándido Torres a la sazón erl jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), quien a su vez la transmite al señor Alicinio Peña Rivera, jefe del SIM en la zona Norte o en el Cibao, quien para consumar tan abominable crimen emplea a los sicarios, señores: Néstor Pérez Terrero, Ramón Emilio Rojas Lara, Alfonso Cruz Valerio, Ciriaco de la Rosa, y Emilio Estrada Malleta.
Las hermanas Mirabal, Patria, Minerva y María Teresa, acompañadas del chofer Rufino De La Cruz conductor del vehiculo Jeep placa Número 19488, visitaron a sus esposos confinados por la dictadura en la cárcel de la fortaleza de Monte Cristi por su oposición al régimen, estos eran: el doctor Manuel Aurelio Távarez Justo, esposo de Minerva; Pedro González, esposo de Patria; y, el Ingeniero Leandro Guzmán, esposo de María Teresa, quienes fueron apresados en enero de 1960 cuando fue descubierto por el servicio de inteligencia del régimen trujillista el Movimiento Revolucionario clandestino 14 de Junio, cuyos principales líderes y seguidores fueron encarcelados(mas de 4,000 jóvenes).
Después de dicha visita, cuando se producía su retorno desde Monte Cristi a Salcedo, fueron interceptadas en la sección Río Arriba la noche del 25 de noviembre de 1960 por los agentes del SIM antes mencionados, siendo violadas y asesinadas a palos; Ciriaco De La Rosa mató a Patria; Malleta al chofer Rufino De la Cruz; Manuel Valerio a Minerva; y, Rojas Lora a María Teresa, siendo lanzados sus cuerpos en el vehiculo que ocupaban desde lo alto del camino de Luperón por un precipicio de unos 50 metros de profundidad, para simular un accidente.
Se sabe que Johnny Abbes García -considerado por Víctor Alicinio Peña Rivera homosexual-, de acuerdo con Balaguer "introdujo en el presidio de la "Cuarenta" los sistemas de tortura más odiosos, escurrió el bulto a semejante iniquidad y precipitó con ese fin el viaje que hizo a fines de 1960 a Checoeslovaquia y a otros países situados tras la Cortina de Hierro"; que Trujillo, una vez consumado el hecho del odioso crimen en la carretera de Luperón, actuando con gran cinismo y con evidente simulación,
"llamó a su residencia al mayor Cándido Torres, encargado en esos momentos de los Servicios de Seguridad. "¿Que hay de nuevo?", le preguntó con aire despreocupado. Cuando el interpelado empezaba a informarle sobre las últimas novedades del departamento a su cargo, Trujillo lo interrumpió para decirle: "¿Y no sabe usted que las hermanas Mirabal han sufrido un accidente y que es posible que ese crimen se achaque al Servicio de Inteligencia, como ocurre cada vez que muere alguien señalado por el rumor público como enemigo del gobierno? Váyase seguido y adopte las medidas que sean de lugar para que ese acontecimiento casual no se tome como pretexto para un escándalo".[2]
Tras la caída de la dictadura, los sicarios Néstor Pérez Terrero, Ramón Emilio Rojas Lara, Alfonso Cruz Valerio, Ciriaco de la Rosa, y Emilio Estrada Malleta, implicados en éste abominable hecho de sangre, fueron enjuiciados y condenados en 27 de junio de 1962; posteriormente, a raíz de los acontecimientos de abril de 1965, sus amigos neotrujillistas los sacaron de la cárcel de La Victoria, y le ofrecieron facilidades para instalarlos en los Estados Unidos, en una operación que contó con el apoyo de ese país.
Además, en la práctica de la doble moral, el propio Balaguer, en su condición de presidente títere, antes del crimen contra las hermanas Mirabal, promulga un decreto condecorando a los agentes del SIM Johnny Abbes García, Cándido Torres, Clodoveo Ortiz, Ciriaco de la Rosa, Faustino Pérez, Francisco Villeta (a) Cholo, Emilio Estrada Mayeta, y Ernesto Scott, entre otros varios.
Para concluir con esta notícula quiero reproducir dos poemas de nuestra autoría, el primero dedicado a nuestras mártires, y el segundo al dictador Trujillo, que espero sean del agrado de mis lectores.
Las Hermanas Mirabal
Tres hermanas, hermosas hermanas las tres,
hijas del corazón de la tierra isleña,
corren por el campo al vuelo libre de las mariposas,
y cantan con el ruiseñor de la mañana,
retozan en la charca del arroyuelo,
y gritan de algarabía al monte,
a los duendes caballeros que trenzaron el pelo de Patria,
a los espectros del campo con peine de hierba para peinar a Minerva,
María Teresa la bella, lindo capullo de rosa, coralillo de pradera.
Tres hermanas, hermosas hermanas las tres,
Hijas del corazón de la tierra isleña.
Corren detrás del Bicornio tres heraldos celestiales,
con su antorcha justiciera en sus manos redentoras,
en sus manos de mujeres trinitarias.
¡Ay de los que abusan de las mujeres!
Porque su sacrificio marcó su muerte,
Engreído tirano, ser soez de carne magra y alma negra,
¿Lo recuerdas? Corrías raudo en tu avenida,
y aquel treinta de mayo: ¡Pum, Pum, Pum...!,
Las balas incesantes sobre tu cuerpo ardiendo,
Traspasando tu ensangrentado reptil cuerpo,
¿Las viste?, aún corren las tres hermanas detrás del Bicornio,
Ellas son las tres hijas del corazón de nuestra tierra.
Bicornio
Ese firulete que exhibes tan tocado
es tu identidad de tirano déspota engreído.
Tu corazón colapsó antes de tu muerte,
tu arrugada frente contiene signos de maldad,
y tu espada es símbolo de la muerte artera,
instrumento de la barbarie, símbolo de muerte
manchada por la sangre de Jesús vendido.
Esas plumas no las quiero ver sino muertas contigo,
con su albo atávico sobre tu pecho rígido,
muertas contigo, como exorno al deshonor,
como mil estiletes clavados en tu frente soterrada de avestruz.
Y ese oro tejido, cual filigrana de un dios,
ese oro es tu precio y el de tus fieles,
ese oro, estulto Somoza o Trujillo,
ese oro, Lilís barquero de Caronte,
es la sangre derramada en La Moneda de Santiago,
es el precio que pagó Chile a Pinochet,
derrochando el oro, tu precio vil, y el de tus fieles.
Referencias:
[1] J. Balaguer. La palabra encadenada, P. 317.
[2] J. Balaguer. La palabra encadenada, P. 317.
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